He aquí mi casa:
mis cuadros, mis papeles,
mis macetas: el espacio
salvado de la selva.
Harta ya de esperarme,
Lucía duerme
con la luz encendida
y la cabeza hundida
en la almohada.
Yo soy esa sombra
que abre la puerta sigilosamente,
se quita los zapatos y la ropa
y se desliza dentro de la cama.
-MG-
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